- La Plata: Alumnos de la Escuela Nº 19 destinan la producción de su taller al comedor del colegio
- Escrito por Rubén Ostrower
- Publicado en Noticias Bs. As.
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Son los alumnos de la escuela 19, ubicada dentro del Parque Pereyra Iraola. Ellos destinan la producción al comedor del colegio, que así economiza dinero. El ahorro es destinado a la cooperadora, manejada por los propios chicos
Criadero propio. Una alumna, con los pollos, en la particular escuela 19
Para llegar a la escuela recorren varios kilómetros en bicicleta o a caballo. Cuando el sol recién empieza a colar los tentáculos por entre los frondosos árboles del Parque Pereyra Iraola, ellos zigzaguean por el terreno de sinuosos senderos. Después de pedalear y pedalear, o de galopar y galopar, deben abrir una pesadísima tranquera para entrar en la escuela. Detrás queda, silenciado, el trajín de los autos y camiones que pasan apurados por el Camino Centenario. La tranquera no está porque sí. Es para evitar que los pollitos o la vaca que provee de leche al comedor de la escuela salgan de paseo por el parque y no vuelvan más. También, para evitar los robos. No es tanto por precavidos, sino por experiencia. ?Una vez nos robaron la vaca?, contó un alumno de 9º, Darío Rodríguez.
Un ejemplo de escuela
Son 180 alumnos los que concurren a la escuela EGB 19 del Parque Pereyra Iraola. No sólo aprenden las tablas de multiplicar y las reglas ortográficas. A la tarde, trabajan en talleres: un invernáculo que funcionó muy bien el año pasado, un tambo, y un gallinero. Aprenden a plantar papas y tomates cherry, a ordeñar vacas, y a dar de comer y limpiar los pollos. La leche que ordeñan la usan para el desayuno y para el flan que comen como postre en el almuerzo. Los chicos desayunan, almuerzan, y meriendan en la escuela. A las 16.30, cuando termina la actividad, todos emprenden la retirada juntos. Es por seguridad. El lugar es peligroso, repleto de caminos sinuosos y montes por los cuatro costados.
La mayoría son hijos de quinteros y saben de qué hablan cuando hablan de la tierra. Ellos ordeñan la vaca para tomar la leche y limpian los pollos para comerlos a la parrilla o al horno en el almuerzo. Es que destinan la leche y los pollos al comedor de la escuela. Una ganancia por partida doble. El comedor ahorra dinero porque gasta menos que si tuviera que comprar la leche y los pollos a otros productores, y el ahorro es destinado a la cooperadora. Este año hubo un problema con la vaca: como está flaca, no da leche. Esto hace que el comedor tenga que comprar la leche afuera y que los chicos coman gelatina en vez de flan casero como postre. Quisieron sacar a la vaca del predio para engordarla, pero se retobó. ?Ni la vaca se quiere ir de la escuela?, dijo risueña la directora.